del amor y otros demonios

Bueno uno siente y descubre nuevas perspectivas según lo que esté viviendo en ese momento, así que por ahora lo que pienso del amor es que si puede ser el sentimiento más puro e inexplicablemente espectacular que puede llegar a sentir una persona, también puede ser el sentimiento más injusto, fuerte y doloroso.

Creo que esa ambigüedad es la que nos atrapa en un mundo de fantasías, sueños, derrotas, depresiones incontrolables y bizarras situaciones y que, muchas veces, no nos deja ni vivir, ni morir.

Alucino que el amor puede nacer entre dos personas que no saben ni sus propios nombres, como dos personas que lo único que no saben uno del otro es que se aman secretamente.

Hoy para mi, el amor no ha llegado de la persona que quiero que llegue, pero tampoco de la que no quiero que llegue, así que hoy para mi el amor es un sentimiento ajeno. Aunque lo he sentido un par de veces anteriormente, por ahora ha decidido dejarme tranquila por un rato. Y está bien. Lo que se desea apresurada y forzosamente a cuesta de todo, nunca es lo mejor.

Paciencia, buen humor y enjoy the ride.
Por que no hay manera de saber que va a pasar al final de la historia, pero mientras esté pasando hay que saber disfrutarlo, sino es como si no hubiese pasado... Y así nunca se aprende nada!

ahogándome en el infierno...

Hoy me declaro oficial e injustamente in love de un hombre que, como muchos otros, no me da bolilla; pero está bien, todavía no duele tanto... y cómo me di cuenta? porque cuando entras a su facebook como parte de tu rutina diaria, cuando ecuchas canciones sólo para seguir pensando en él y él sin enterarse interrumpe cada segundo de tu vida, cuando él se apodera de tus sueños y en ellos son completamente felices, cuando las mariposas ya no sólo se conforman en revolotear en tu panza, sino que salen por todo el cuerpo... en ese momento compañera, sabes que estás cagada.

Creo que esa es una de las pocas lecciones que nunca llegaremos a aprender. Y es que nos vemos expuestos una y otra y otra vez al mismo sufrimiento..Como si en realidad lo disfrutáramos..., no es justo, pero tampoco injusto. Es amor, y así será siempre.

Esta vez no me resfrié, pero igual se me hace difícil respirar...

encriollar o no encriollar...he ahí el dilema

Hoy apenas abrí el ojo lo primero que pensé fue: Hace cuanto tiempo no me caigo?
Pero hablo de caídas verdaderas, no suelaeadas por exceso de alcohol, ni resbalones de escalera por mal calculo… a causa del exceso del alcohol, me refiero a esas caídas que te das de chibolo, esas que te dejan en el suelo un buen rato, con el coxis adolorido y la rodilla ardiendo.
A ver, la última vez que me caí sobria (las de ebria no valen ya he dicho, aparte son imposibles de recordar con exactitud) fue hace un año o más.
Estaba yendo por la avenida Pedro de Osma en cleta. Iba por la calle auxiliar, esa que aún tiene los rieles del tranvía de hace cuchucientos años (“cuchucientos”, puala! esa palabra no la usaba hace un reculei de tiempo, pero no saben con que naturalidad la he tipeado) bueno, la cosa es que éramos yo y mi bici por las calles barranquinas, era de noche, estaba sola y feliz y a toda velocidad (iba rápido, ya?) la cosa es que en uno de esos cruce calles diviso un par de gringos con intención de cruzar la auxiliar que en esos momentos yo dominaba.
Invadida por la felicidad me dejé llevar por la adrenalina de la velocidad y cometí el error que me llevó a estar cara a cara con la pista segundos después (podría haber cantado cachete con cachete, pechito con pechito y ombligo con ombligo como las huevas).
Admito que se me salió la criollada compañera, la infaltable criollada con la que he nacido y aunque me la quiera quitar no puedo!! Bueno me encriollé (es todo un verbo conjugable han visto?), me encriollé con los gringos y quise pasar primero (Que esperen pe, tsss).
Lo bad fue que el cálculo me falló, y mi reacción vino cuando me di cuenta que los gringos creyendo erróneamente estar aún es su desarrollado país, alucinaron “OU esta chiquitah en baicicol tiene queu parar para queu nousotros pasemous first”, y así sin penmsarla dos veces cruzaron.
Como te explico compañera, que yo por no arrollarlos tuve que hacer una súper maniobra improvisada, doblé el timón con todo hacia la derecha, (osea me quise abrir para no chancarlos pues no?) Lo logic dirás. Bueno, ni mierda con la logic, a la logic le llegó al chopin mi criollada y por joder hizo que la llanta de adelante de mi super dooper cleta se atracara en los rieles del inexistente tranvía, haciendo que el resto de la cleta y todo mi super sooper body siguieran la ruta vertical que había marcado al comienzo de mi super dooper maniobra.
Resultado: una sacada de mierda a las que estaba acostumbrada a los 12 años cuando patinaba en el freeway. Sangre en la rodilla, tierra en la lengua, muñeca doblada y lo peor: un par de gringos recontra amables tratando de ayudarme y con cara de preocupados (OJO no de risa de preocupación!!, los desarrollados les dicen puesssss).

En fin, tirada en plena Pedro de Osma, mi orgullo tercermundista me paró en el acto, cogió la ya no tan super dooper cleta y sin hacer contacto visual con los foráneos, me largó del lugar tan rápido como mi muñeca doblada, mi sangrienta rodilla y mi lengua enterrada me lo permitieron.

Ya rodando nuevamente pero temblando aún, sensaciones de vergüenza y ataques de risa me invadieron, y luego acordándome de los gringos sentí más vergüenza aún, aunque ahora mezclada con intriga. Que habrán pensado los gringos? Seguro se cagaron de risa hasta que llegaron al Jorge Chávez y desde ese día he sido burla y causa de risas y carcajadas en otro continente.
Es más, ¿Seré la protagonista de una historia que es contada una y otra vez bajo el tema de “caídas estúpidas de gente estúpida”? whatever.
Bué y esa fue la última vez que me caí. Ojalá que escribir esto no haga que la siguiente vez que me pase esté “a la vuelta de la esquina”

Refrán: “Si te encriollas con tu peruvian people la pagarás algún día, si te encriollas con un gringo, la pagas en el acto.”

me quiero resfriar!

Hace muchos años pensaba inocentemente, (o en realidad con esas ganas de pensar que tu vida es especial y que los cuentos de hadas pueden tener algo de cierto) que la vida me había bendecido con un don (el tipo de don que tiene la gente que sabe que va a llover cuando les pican los pies), yo tenía el don de predecir mis encuentros amorosos, pero los inocentes pues compañera, los que no tenían el cuarto como escenario principal.

Cuando me resfriaba estaba casi totalmente segura que algo positivo me iba suceder con respecto a mi vida sentimental, y es que cada vez que estaba resfriada (esos resfríos de moco aguachento, transparente, escurridizo y por ende detestable) un chico me confesaba que le gustaba secretamente y desde hace tiempo… era casi magia!!

Incluso mi primer french kiss fue entre snif snif, mmmm, achis, snif mmmm snif achis, (ay soy toda una lady marmalade no? Ja!)

Yo amaba mi moco, era mi sex appeal!!. Ya se imaginarán mis nervios, cada vez que me resfriaba, andaba alerta, mirando (y esperando). Pero no piensen mal, tampoco me iba a jatear con un jabón mojado debajo de la axila ni caminaba a pata calata por toda la casa, nunca tanto, pero a la primera gotita de moco/agua descendía de mi nariz, ya sabía ya…

Pasaron los años y perdí el don. Ahora ya no tengo resfríos con moco/agua, los que me atacan son más complicados, tienen tonos verdosos y viene acompañados de un soundtrack de pedazos de pulmón…y me pregunto por qué no tengo novio…?

Conclusión? Hoy duermo con mi palmolive